En el 80º aniversario de la Organización de las Naciones Unidas, la senadora Constanza Moreira advirtió sobre la crisis del multilateralismo y la necesidad de un internacionalismo renovado que defienda la paz, los derechos humanos y la dignidad de los pueblos.
En el marco del 80º aniversario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la senadora Constanza Moreira reflexionó en la Cámara de Senadores sobre el deterioro del multilateralismo y los desafíos que enfrenta hoy la comunidad internacional. Recordó que la ONU fue creada tras la Segunda Guerra Mundial con propósitos claros: “Evitar la guerra, proteger la dignidad humana y establecer reglas comunes para la convivencia entre los pueblos”. Citando a la periodista Natalia Carrau, Moreira destacó que la ONU fue concebida como “una casa para el gobierno global”, un espacio de acuerdos que, durante décadas, permitió consolidar principios básicos como la defensa de los derechos humanos, la condena al colonialismo y la promoción de la paz.
Sin embargo, señaló que en la actualidad esos pilares se encuentran en crisis. “Lo que antes eran consensos mínimos, hoy son abiertamente desafiados por líderes internacionales que ni siquiera sienten la necesidad de disimularlo”, advirtió. Mencionó que los discursos recientes en la Asamblea General de Naciones Unidas dan cuenta de un quiebre profundo: “Ya no hablamos de diferencias de matiz, sino de líderes que desde ese mismo podio pronuncian discursos contra la paz, contra la soberanía de los Estados y contra los derechos humanos, sin pudor alguno”. Para la senadora, Gaza representa el ejemplo más brutal de esta parálisis institucional, provocada por el veto estadounidense y por una “complicidad diplomática que se disfraza de gestos simbólicos”, ejemplificada en el retiro masivo de delegaciones ante la intervención del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Moreira también cuestionó el papel de algunos líderes contemporáneos, entre ellos Donald Trump y Javier Milei, por su ofensiva contra los derechos humanos y los compromisos internacionales en materia de medioambiente e igualdad. “Trump convierte a la izquierda radical en enemigo interno, declara terrorista al antifascismo y reaviva la guerra contra las drogas en nombre del intervencionismo en América Latina”, señaló. Sobre Milei, criticó sus declaraciones contra la Agenda 2030 y su decisión de que Argentina fuera el único país en votar en contra de una resolución destinada a erradicar todas las formas de violencia de género.
En contraste, la senadora destacó las intervenciones de Lula da Silva, Gustavo Petro, Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, quienes defendieron en la Asamblea de la ONU la importancia del multilateralismo y la necesidad de recuperar la autoridad moral del organismo. “Lula recordó que el multilateralismo está en una encrucijada y que la autoridad de la ONU está en jaque; Petro advirtió que los misiles sobre Gaza y los ataques en el Caribe responden a una misma lógica de poder; y líderes europeos como Sánchez y Macron llamaron a no naturalizar un mundo regido por la ley del más fuerte”, resumió.
Finalmente, subrayó que el aniversario de la ONU no puede ser motivo de celebración sino de reflexión y alerta. “Estamos ante un choque abierto entre quienes aún defienden un pacto ético global y quienes lo rompen”, afirmó. Reivindicó la necesidad de construir un nuevo internacionalismo, “renovado, antirracista y anticolonial”, que reconozca las desigualdades estructurales que persisten en el mundo y las múltiples formas contemporáneas de violencia, desde la frontera de México hasta los campos de refugiados en Europa o las comunidades indígenas en América Latina. “El 80 aniversario de la ONU no puede ser una celebración, debe ser una alarma —concluyó—. Hay que actuar con urgencia para que esta casa global común, y esta casa común que llamamos humanidad, no se derrumbe del todo”.
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