Artículo publicado en Revista Brasileira de Ciências Sociais.
Hace diez años, en América del Sur se instalaban gobiernos de izquierda o centro izquierda que hacían augurar, para muchos, el fin de la década neoliberal. Los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil, del Frente para la Victoria (FPV) en Argentina, y del Frente Amplio (FA) en Uruguay, marcaron el inicio de esta era progresista. Estaban antecedidos por la victoria de Hugo Chávez en Venezuela, en 1998 y por la experiencia de la Concertación en Chile post dictadura. Hacia mediados de la década de 2000, los triunfos de Fernando Lugo en Paraguay (2008), de Rafael Correa en Ecuador (2006) y de Evo Morales en Bolivia (2005), completaban el cuadro.
Hoy se comienza a hablar del “fin del ciclo” progresista, luego del apartamiento de Dilma Rousseff en la presidencia de Brasil (2016), y del triunfo de Mauricio Macri en Argentina (2015), unido al triunfo de la oposición en Venezuela, en las elecciones parlamentarias de 2015. Aunque es evidente que partidos, presidentes y coaliciones conservadoras en América Latina están hoy atravesando su mejor momento en esta última década, hablar del fin de un ciclo parece prematuro. En lo que sigue, se hará un repaso de los cambios experimentados en los países que tienen gobiernos identificables a la izquierda del espectro político, y de sus problemas actuales, en un contexto de desaceleración económica en la región, y en muchos casos, de recesión lisa y llana.
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